En medio del escándalo originado en el país por el macabro juego de ‘la ballena azul’ y al conocerse que las autoridades investigan la relación de al menos tres muertes con esta práctica, una madre habló con Caracol Radio sobre cómo esos retos  indujeron a su hija de 13 años al suicidio. 

Este caso está en investigación, pero la madre de Andrea (como fue identificada por petición de la familia) explicó que solo cuando su hija murió y al conocer las noticias sobre el juego fue que se dio cuenta de la gravedad del asunto e hizo los puentes que relacionaron el suicidio de su pequeña con los desafíos. 

Cuando Carmen (nombre de la madre también cambiado por petición) le preguntaba a su hija qué le pasaba, le respondía que “nada”, hasta el día en que la encontró sin vida en su habitación. Varios días antes de ese momento, Andrea había cambiado su forma de ser, permanecía en silencio y cuando hablaba hacía preguntas extrañas. 

“Mami, ¿las ballenas azules existen?”, “Mamá, ¿seré capaz de comerme 30 huevos crudos? ¡Uy no!”, fueron algunos de los interrogantes que formuló. Sobre la primera pregunta, la mamá contó que la niña la formuló en más de tres ocasiones y la respuesta que siempre le dio fue: “sí existen hija, son muy pocas y están en vía de extinción”; de la segunda le dijo “que no, que era asqueroso”.

Cuando la niña fue encontrada muerta, en su brazo tenía una figura hecha con una aguja, pero no se alcanzaba a identificar qué era. “Seguramente una ballena, pero no estaba bien hecha. Tenía como ondas marcadas en su brazo. Estoy segura de que eso tenía un significado”, dijo Carmen a Caracol Radio. 

Fue así como esta madre una semana después de que su hija murió correlacionó todos esos aspectos con el juego internacional que ya se ha cobrado vidas de menores en varios países del mundo, siendo víctimas de una red que a través del teléfono presiona y amenaza a los niños, niñas y adolescentes con buscarlos y asesinarlos junto a sus familias sino cumplen con las pruebas. 

Otra de esas pistas que encontró la mamá de Andrea fue que en su celular la niña tenía una foto en la que se enumeraba cómo ahorcarse, y aunque le preguntó una y otra vez por qué tenía esa imagen, la niña no respondió y la eliminó de su dispositivo móvil. 

También, cuenta la madre “Me pidió que le comprara una soga, me dijo que el profesor de educación física del colegio se las había pedido. Imagínese cómo esa gente de esa red le lavó el cerebro y la indujo a planear su propia muerte. ¡Esto es horrible”. 

En últimas la madre manifestó que de saber lo que se escondía detrás del hecho hubiera acudido a la Policía, pero cree que la hubiesen enviado a buscar ayuda psicológica. 

"Ningún niño más debe vivir lo que le tocó a mi hija", contó Carmen.